jueves, 22 de noviembre de 2012

Nueva Dimensión 113


Compré esta revista el 13 de Mayo de 2011. A un señor que tiene un puesto de libros (por decir algo) en la calle Verdi, en Barcelona, justo a la altura de los cines. A día de hoy este ejemplar tiene 33 años, habiendo sido publicado en Junio de 1979. Quedaban sólo 4 para que desapareciese ND de los quioscos. Su andadura empezó allá por 1968. Estas fechas por sí solas abruman. A la espera de que alguien diga lo contrario, se trata de la publicación española más importante de todos los tiempos, en el campo de la literatura fantástica, y sobre todo de la ciencia ficción. 

Si no recuerdo mal, me costó un par de euros. Un buen precio, teniendo en cuenta que en las ferias del libro de ocasión bien pueden andar por un mínimo de cinco, y pueden llegar a cotizar hasta diez, según el puesto. A más especializado el vendedor, más caro. Por ahí tengo otros números, todos atrasados, si se me permite el chiste. Una vez al año, para celebrar el cumpleaños de Cthulhu, me suelo leer una de ellas. Aunque los ciclos temporales con los que se maneja Cthulhu son traicioneros, y cambiantes, ¡ojo!

A continuación, ofrezco una serie de fotografías, y después, se hacen una serie de comentarios. 























La revista contaba con corresponsales, que ya es decir. Pero disponer de ellos en países como Suecia, Japón o Polonia nos da una idea de la seriedad de aquella extraña gente. 

La foto de la Hispacon hace referencia a una discusión en forma de cruce de cartas que se publican en el número 113 de la revista, sobre el Hispacon anterior, el de 1978. Alguien que se pica con otro por no haber acudido a su conferencia sobre P.K.Dick; otro por considerarse más amigo de A que el mismo B; disculpas que se convierten en nuevos ataques, o viceversa; y se aprovecha de paso para defender a los autores favoritos. Cierto toque de Madrid-Barça también, pero en formato mucho menos evidente, nada futbolero, igual de chabacano. Eran otros tiempos, de todas maneras. En resumen, la clásica disputa entre los gustos de uno, mezclado con el lugar de procedencia, la educación, la política, etc... Se trata de aficionados al género de la ciencia ficción, pero no olvidemos que son españoles. La primera Hispacon se celebró en 1969, en Barcelona. También en 1970. Y la siguiente fue en 1975 en Madrid. Desde 1981 no se celebró hasta 1991. Una pena. Y la última edición ha sido celebrada en... Urnieta, muy cerca de San Sebastián, entre el 12 y 14 de Octubre. Con lo cerca que me cae, y me entero ahora. Cthulhu y su concepción del tiempo... 

En el ajo andaba metido Carlos Frabetti, personaje cuando menos algo polémico en esta historia del Hispacon´78, de quien mi única referencia es haber leído sus prólogos en algunas ediciones de Bruguera 


De todas maneras, lo que me más me gusta del cruce de cartas es precisamente esto, que hace mucho tiempo, más allá de si se trataba de un ensalzamiento o de un insulto directo, todo se encauzaba mediante cartas, que hasta que no se publicaban, no se podían leer, ni discutir, ni disfrutar. Pero una vez en el papel, resultaban ser fuertes pelotazos de realidad, de opinión, de compromiso. Algo que se ha perdido irremediablemente. No es la alabanza o el insulto; es el cuándo, y el cómo. 

¿Tan poco sería conocido en 1979 el señor Stephen King, que Emilio Serra, el crítico de libros, considera como "Vincent King" al autor de "Salem´s Lot"? 

En la siguiente foto, el señor Serra arremete contra Stanislaw Lem. No me importa demasiado que se meta contra uno de mis autores favoritos de todos los tiempos y géneros, pero lo que me complace sobremanera es que precisamente se atreva a hacerlo. De un tiempo a esta parte, desde el año 2008 para más detalle, se han ido editando una serie de novelas y relatos del escritor polaco, sobre todo por parte de la editorial Impedimenta. Lem es un autor tan consagrado que no se discute su calidad, de acuerdo. Pero tantas son las buenas noticias sobre él, tanta introducción y prefacio pelotero y con poco contenido, tanta felicidad por sacar a la luz obras que si son tan valiosas ya debieran estar editadas (y de hecho lo estaban en los años setenta y ochenta), que uno se pone a pensar en la propia editorial, no en el autor. Una labor encomiable, única, los salvadores de la cultura. No nos olvidemos de una cosa: todo escritor, hasta el mismo Cervantes, es criticable, y por ser más importante, también debería ser tratado con una lupa de mayor aumento. 

En resumen, que el señor Serra, en 1979, se atreva a diseccionar la obra de Lem, y exponga su opinión sincera, a la vez que presenta una nueva edición, -que por cierto sitúa entre lo peor de Lem-, es algo que hay que valorar inmensamente. De esto debieran aprender los nuevos editores, que se creen que por editar, se encumbran a ellos mismos y a los autores que imprimen en papel, como si el ir al baño a defecar fuera un éxito en sí mismo (que lo es). Pero se echa de menos algo más. El bombero, apaga incendios. El editor, edita. El lector, lee. El crítico, que debería solaparse en cierta medida con el editor, debería también dedicarse a quemar libros; especialmente los suyos. Sin embargo, ya sé que es demasiado pedir volver a la sinceridad de 1979. 

Respecto a Heinlein, podemos observar que la seriedad en una publicación tampoco tiene por qué significar un tajante rechazo al buen humor. 

Aparte, aporto alguna foto más. Asimov con sus doscientos libros publicados. ¡Qué bestia! Y las seis mil pesetas (36 euros de nada) que le costó al friki tardosetentero el número 24 de ND... Jóder. Como lo encuentre por ahí a cinco euros,... 

Algunas conclusiones

1 Siempre me ha parecido que, oficialmente, el mundo de la ciencia ficción en España es una especie de club en el que para entrar hay que demostrar que no te interesa nada más que la ciencia ficción en este mundo en el que vivimos. Y mucho cuidado con la crítica a alguna de las ramas del género. Yo por ejemplo si digo en la entrada, custodiada por un tipo con cara de primate: "Me encantan las novelas de Brian Aldiss pero nunca leeré a Tolkien porque eso no es ciencia ficción, sino cuentos para niños", lo que puede ocurrir es que me vaya con una patada en el estómago, o en el mejor de los casos, pasar a la lista negra de la AEFCFT (Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror). Demasiados nombres para nada bueno. Y todo decorado con espadas, dibujos rococó de lobos y escudos varios, reglamentos que hay que aprenderse de memoria, pequeñas ceremonias de gran importancia, y, ¡ah!, las modas. 

¡Cuánto daño ha hecho la fantasía a la ciencia ficción! ¡¡¡Ahhhhgggghhhhhhh!!! 

2 Queda claro que con una lectura un poco atenta de un número de ND de 1979 uno se entera de muchísimas cosas valiosas, en el campo de la ciencia ficción. Y vuelve a recordar algo importante: hace tiempo que se perdió el concepto de sinceridad en el campo de la crítica literaria. Y además, aquellos críticos se leían los libros de pé a pá. Plasmaban sus opiniones, y allí quedaban. Hoy en día, con tanto botoncito alrededor, es difícil llegar al final de los libros. Criticarlos ya es labor de los Dioses del Olimpo. Ya lo hará otro. 

3 Pienso que es una buena época para retomar la idea del fanzine como medio difusor de opiniones. En blanco y negro, rehuyendo de engañosas fotografías e impactantes imágenes, aportando únicamente criterio e información útil. Porque el problema de un blog como este es que no llega a ninguna parte. Ni siquiera a la mesita del salón, al lado de la publicidad electoral, junto al cenicero lleno de colillas y las cada vez más pesadas llaves del piso. 

by George R. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario