I
Vuelvo a la carga, después de más de un año.
Es una salvajada (todavía no tipificada penalmente) abandonar a un blog a su suerte.
Por si esto no es poco, uno debe andar luego molestando, pidiendo datos de acceso, a otros batalladores virtuales que ya tienen bastante con lo suyo. Gracias, Emi. He sacado al blog de la UVI.
Nadie me lo va a agradecer. O casi nadie. Es la gran paradoja de los tiempos que corren. Uno aporta, siembra, fomenta, anima. Lo que se recibe con el tiempo, si se abandona la dura vida de animador cultural (sic), es un mayor grado de control. A uno le piden nuevos números de teléfono, se le formulan baterías de preguntas amenazantes, se le ruega un buen comportamiento, y finalmente, y con suerte, se logra traspasar esta nueva forma de control de fronteras, con poli malo vestido con largas botas y preciosa chaqueta de negro cuero, con porra y gorra a juego. Es de noche, llueve, y los faros iluminan a duras penas la caseta, donde se refugia el compañero de guardia, bebiendo café, a la vez que escribe en su... ...blog.
¡Oigan!, ¡pero si acabo de resucitar al mío! ¿Y me están diciendo que se preocupan realmente por mi blog? ¿En serio?
Siendo realistas, y corriendo un dulce y aterciopelado (en tono púrpura) velo, reconozco por mi parte que a saber cuándo volveré a publicar un texto aquí.
Para ir acabando con este ex abrupto, ignota fuente de futura jurisprudencia, recomiendo fervientemente la lectura de la novela "The Circle", de Dave Eggers. Viene bien leerla, y luego escribir sobre ella en Internet, mientras a la vez subes y bajas el volúmen de la música que escuchas, te reajustas los auriculares, cambias de compositor un par de veces, echas un vistazo al móvil por si alguien te requiere, o molesta con algún tema urgente. Y todo ello, a ser posible, cuando estás solo. Porque amigo, si no estás solo, es que no estás leyendo todo esto. Ni yo te aseguro que sea capaz de escribirlo en compañía (por muy buena que sea).
II
Alfred Elton Van Vogt, mejor conocido como A. E. van Vogt, es uno de esos escritores que casi todos hemos leido alguna vez. Al menos, en alguna recopilación, selección o antología de relatos de ciencia ficción. "Destructor Negro". "Black Destroyer", criatura inspiradora de la película "Alien", es su clásico. Y creo que lo único que he leído de él. Nada más. Tengo una edición de 1981, (Editorial Acervo) de "Los Mundos de los No-A", ("The World of Null A"), que no he leído. Creo que la traducción me hizo algo de daño a la vista y no lo he vuelto a ver por mis baldas más habituales... Voy a ser totalmente sincero. Se está pudriendo poco a poco en el interior de una caseta de campo. ¡Dios!, cuánto se sufre cuando llega la medianoche, y nuestros dedos superiores nos van dictando la verdad.
A día de hoy, es un autor que NO ESTÁ editado en este país. Nada. Acaso en alguna antología algún relato suyo.
Bien, a continuación, voy a incluir un par de fotografías, que van a demostrar la importancia de este tipo. Que por cierto, nació en Manitoba, Canadá. No era estadounidense, para mayor gloria del género.
La primera pertenece a la traducción de la mejor biografía que se ha escrito sobre Yukio Mishima. La otra, a un número de la revista española de ciencia ficción "Nueva Dimensión", que recoge la trayectoria de Philip K. Dick.
Quizás debería dejar de escribir, bajar a la calle, coger el coche, y acercarme a esa caseta de campo. Son unos 90 km. Y así comenzar a comprender a los No-A. Que nos acorralan poco a poco. O más rápido de lo que pudiera parecer...
by George R.