lunes, 21 de marzo de 2016

Juan Lovecraft & H.P Benet

Bases de Datos y Libros


I

Antes de escribir algo sobre Benet, dejo aquí indicado un link a la base de datos de libros editados en este país:


La base es lo suficientemente completa como para que aparezcan ¡mis propios libros!

Pero como escribo desde mi casa, sentadito en el sofá, con la televisión apagada, después de cenar, medio encogido entre cojines y una mantita, no estoy in the mood for sell, anything.

Siguiendo con la base de datos, creo que su mayor utilidad consiste en la posibilidad de explorar la obra editada de cierto autor, comprobando muchas veces que, aunque parezca, por momentos, que nos llueven, caídas del cielo, caras pero atractivas, nuevas e interesantes ediciones de muchos autores “a (re)descubrir”, precisamente de ese autor que hoy nos interesa (Juan Benet, o cualquier otro), hay cierta novelita que lleva descatalogada algo así como cuarenta años. Lo de los cuarenta no está puesto por poner. A principios de los años setenta del siglo pasado se editó mucho, y bien. Diez años después, también. [Aquí podría observarse una interesante correlación entre la calidad de las ediciones y la de la música que les rodeaba en aquellos años]. Ponerse a intentar encontrar una edición de segunda mano de ese libro que nos interesa, descatalogado hace un porrón de años, es tarea sencilla. Pero el intento suele llevarnos finalmente a una desilusión. El que lo vendía barato; el que lo vende (muy) caro.

Sigo con Juan Benet, y hago una búsqueda de sus ediciones en la citada base de datos.

Aparece como primera opción:

Juan Benet y el nouveau román    [Recurso electrónico]   (2001)  
Autor/es:  Arnal Gely, Anne-Marie
Editorial/es:  Universidad de Jaén. Servicio de Publicaciones

Un cd-rom dedicado a Benet y al nouveau roman. Jóder. ¿Pero qué hago yo aquí sentado y no me levanto para agarrar la tarjeta (de débito)? Porque sí, me he enterado de que el cd-rom está a la venta en:


Página en la que se venden todo tipo de publicaciones universitarias. Ese tipo de trabajos que no se suelen ver en la librería de la esquina, ni en la de más allá.

Hay que tener tiempo para echar un buen vistazo al catálogo. Para quien se anime, también está disponible:


un poco caro, la verdad.


II

H. P. Lovecraft y Juan Benet. Juan Benet y H.P. Lovecraft.

Hay una cansina tendencia a asociar los mundos creados por Benet (Región, su mapa, y sus ciudades; Región, -la republicana capital que bautiza a la comarca que la rodea-, y la rebelde Macerta, -la que tomó el bando de los fascistas porque así se decidió en el cuartel local de Ingenieros-) con los de Faulkner. Su condado de nombre impronunciable, que no me interesa para nada. Las historias del Mississippi, bien se quedan allá. Prefiero leer a Capote, un tipo con menos pretensiones y más verosímil. Dejo de lado a García Márquez, otro que tal baila, al son de una fama y reconocimiento inexplicable. Prefiero a Onetti, y su Santa María, barriada metafísica muy chunga, más incluso que Región. Leer “El Astillero” de Onetti es como aventurarse en peligrosas ensoñaciones que no pueden llevar a nada bueno, pero irremediablemente, cada vez son más reales.

Por otro lado, alcanzado el siglo desde que Lovecraft empezara a escribir en serio (nació en 1890), sus relatos ya han alcanzado un reconocimiento universal pleno. Ya no es ese escritorzuelo sólo para aficionados al “terror”, de prosa endeble, repetitiva y hasta perezosa, si no que parte de sus ideas y conceptos poco a poco van pasando, -de hecho ya han pasado- , a la cultura popular. El caso más claro es el de la figura de “Cthulhu”, que en un plazo más o menos breve de tiempo, pasará a convertirse en una figura central en la galería de personajes, ficticios y comunes, que la mayoría de la humanidad lleva metida dentro de su cabeza (al menos en el mundo Occidental). Y cuanto más célebres se hacen Cthulhu y sus hijastros Dioses menores, de alguna manera, mayor injusticia se le hace al propio HPL, famoso, conocido, nombrado a tutiplén, referenciado aquí y allá (como ocurre en esta misma entrada de blog). Injusto, quizás porque hace años HPL era tan buen personaje como uno de sus bichos cósmicos, y hoy en día, es preferible dejarle de lado como ser humano (no queda bien del todo hablar sobre alguien que era un racista convencido, partidario de cosas realmente innombrables en cualquier bar de barrio) y dedicarse a echar unas risas con Cthulhu y cía.

De las historias de HPL, el poso que más me ha quedado dentro tiene que ver sobre todo con sus desgraciadas figuras humanas. No me interesan tanto los bichos como los efectos que éstos provocan sobre los granjeros del valle del Miskatonic. Esto supongo que le ocurre a la mayoría de los lectores de HPL. La descripción de familias venidas a menos por culpa de la sed de sabiduría de unos pocos; por culpa de unas cosechas inexplicablemente escasas; por culpa de unas repentinas necesidades de protagonismos que antes nunca existieron.

El atraso de una región que antaño tuvo cierta prosperidad, y que se ve sometida a un proceso de descomposición de conciencia.

Sin duda, algunos pasajes de las “Herrumbrosas Lanzas” benetianas son lovecraftianos en este sentido. En esta larga novela, de prosa relativamente fluida y transparente -para ser de Benet-, se cuentan una serie de hechos, aventuras, escaramuzas y combates en la comarca de Región, desde que estalla la Guerra Civil Española hasta aproximadamente finales de Abril de 1938, que es donde Benet la dejó inconclusa.

Donde HPL da pinceladas, sugiere decadencia, podredumbre, amenazas varias, traiciones, y situaciones sin retroactividad posible, Benet describe con más detalle, construye con paciencia (como buen ingeniero de caminos) tablados, escenarios, andamios para luego jugar con ellos a su antojo. Cada uno a lo suyo.

Y ya está. No quiero alargarme más. Lo que quiero es incitar. Por el bien del aficionado a HPL. Quien quiera disfrutar de una buena y lovecraftiana novela ambientada en Región (ese ibérico valle del Miskatonic inventado por Benet), que agarre “Herrumbrosas Lanzas” y se lance a la aventura. No le va a decepcionar.

El camino contrario, el del aficionado a Benet que se quiera dar a los mundos de Lovecraft, quizás sea más extraño si cabe de transitar. Mas igualmente disfrutable, seguro.

Desde hace unos años existe una edición completa de la inacabada novela, a un precio bastante razonable:

 





 Este es mi propio mapa, con los correspondientes movimientos apuntados

Junto con el libro, viene un detallado mapa de Región, que hará las delicias de los atentos lectores que quieran seguir las aventuras de los protagonistas.

¿Qué mejor que aprender de la Guerra Civil de un mapa ficticio en el que luchan unos contra otros más allá de la realidad, y precisamente por esto, más real que todos los libracos que cada cierto tiempo se editan para intentar explicar lo que ocurrió?

El Horror de Dunwich, el Horror de Región. Fuerzas maléficas que terminan por triunfar.

Si bien la realidad todavía es la que es, desde un punto de vista de esteta, ¿por qué no leer la Guerra Civil como si fuera una aventura lovecraftiana real.
 

III 

Crítica Periodística a "Herrumbrosas Lanzas"

Dejo constancia de una crítica aparecida en el diario ABC de 29/11/1986, de Leopoldo Azancot. Aporto detalles. Qué bien que un crítico literario escribiera con esas ganas de criticar. No como ahora. La lectura de esta crítica (que se puede localizar entera en la hemeroteca del periódico en su versión digital) anima más si cabe a leer Herrumbrosas Lanzas, aunque ponga a su autor y a su obra por los suelos. 





by George R.