lunes, 19 de enero de 2015

El Apocalipsis (según Stephen King)



Bonito día hoy para retomar estos abandonados escritos, cumpleaños de Edgar Allan Poe, en el que termino emocionado la larga, aunque al final se hace corta, novela de Stephen King, “The Stand”, “Apocalipsis”, “La Danza de la Muerte”.




            Novela especial para mí por una serie de razones.

            Es la única que conozco que ha sido originalmente editada doce años después (1978-1990), aumentada en un treinta y tres por ciento en número de páginas.

            Mi edición de “La Danza de la Muerte” data de 1989, y ese fue el año en que la leí. 800 páginas. Se publicó en este país pues con once años de retraso. (Evidentemente en 1978 Stephen King no era un best seller en Europa).




            Al verano siguiente, 1991, apareció “Apocalipsis”, en esas ediciones de bolsillo tan reconocibles de Plaza y Janés. Por aquel entonces, yo andaba entre los 15 y 16 años, y prácticamente sólo leía al Rey. Una novela tras otra. Se tradujo y editó en castellano solamente un año después a que King terminara de revisarla, y publicarla en su país en 1990. Se añadieron ilustraciones del gran Berni Wrightson (adjunto algunas de ellas, de la edición de 1991). En inglés siempre se ha editado como "The Stand". 

            También es la única novela que conozco que tiene un prólogo dirigido al lector (se diría casi salido de la imaginación de Stanislaw Lem) antes de que éste compre el libro. Se le avisa de que “Apocalipsis” en realidad es “La Danza de la Muerte”, en versión maxi (usando el lenguaje musical ochentero). Un alargamiento de 400 páginas. En su día, en 1978, los editores americanos le dijeron a King que su proyecto inicial era demasiado largo, el coste del libro se iba a salir de madre. En el prólogo King lo explica. Y aclara que se anima a lanzar la versión definitiva gracias a muchas peticiones de sus lectores (¡Oh, gracias!).


Madre Abagail y las comadrejas


            Desde luego lo lógico es que este prólogo sea leído por el lector cuando ya está en casa, porque ¿qué lector duda (¿será cabrón?) en una librería antes de comprar una novela del Rey? Al menos, es lo que me ocurrió a mi. Y sinceramente, allá por 1991 me sentí un poco mal. Tenía tan reciente “La Danza de la Muerte” que no quería volver a leer la misma novela aumentada en 400 páginas. Así que lo dejé pasar.

            Y veinticinco años después, en las pasadas Navidades, comentando con un amigo el hecho de que un volumen del “Apocalipsis” (“The Stand”) aparece claramente enfocado en la biblioteca del astronauta protagonista de la bellísima película “Interstellar”, me dije: ha llegado el momento, qué cojones.

            Tres semanas intensas de lectura que me hacen recomendar vivamente esta novela. Si alguien no se atreve con las 1583 páginas de la nueva edición, quizás se conforme con “La Danza de la Muerte”…  pero es que ésta ya no se edita (al menos en bolsillo).


Lloyd y la llave de plata

  
            Con ese mismo amigo hablaba esta misma tarde, primero felicitando a Poe, como es nuestra costumbre, y luego, de que ya he terminado el “Apocalipsis” del Rey. Fabuloso. Hay muy buenas, y muy bien escritas novelas, que se consumen con fruición, pero no dejan demasiado rastro en la memoria. Y de verdad que las hemos disfrutado. Literariamente (perdón por la palabra) son quizá mejores que la prosa de Stephen King. ¿Quién lo duda? Pero después de veinticinco años he recordado, nada más leer el nombre de cierto personaje de la trama (alguien que por ejemplo empieza siendo profesora en una escuela) que algo hay en él o ella. Y resulta que esa misma profesora termina protagonizando la mejor escena del final, no sé cuántos cientos de páginas después (¿quién lo iba a decir, verdad?). Lo mismo para otros personajes, como Stu, o "No soy un buen tipo" Larry, o Rita, la del vómito verde. 

O el propio Hombre Oscuro


Larry y su madre

¿Será esta la mejor cualidad de King? Sus novelas empiezan siempre de la misma forma. Un tipo normal, y otro no tanto. Tarde o temprano sus destinos se cruzan. Pero no sabemos cómo, ni cuándo, ni dónde. Y mientras tanto el escritor nos la vuelve a colar. Pasamos páginas y páginas, intentando descubrir lo que va a pasar. King es a su manera, el principal pionero, el primero, que instauró en nuestras mentes la idea que ahora es moneda común en tantos y tantos millones de cerebros de este mundo: las series de TV. El hace cuarenta años que supo cómo dar con las teclas, mezclar historias, saber mantener el suspense, introducir escenas por aquí y por allá que uno nunca se espera (casi siempre relacionadas con el sexo y la muerte), y también es maestro en describir introspectivamente a los personajes. Como tú y como yo.  Los va moldeando, el proceso sigue adelante, y finalmente, ¡chás!, la novela ya está terminada. Y leída.

Frannie y su padre

Desde luego que hay algunas mejores que otras. Quizás “Apocalipsis” sea la mejor, junto con “It”. Me gustan mucho “Christine”, “El Resplandor”, “Cementerio de Animales”, “La Larga Marcha” (artículo en este mismo blog), y menos “Tommyknockers”, "La Historia de Lisey" o “Buick 8”. No he leído muchos de sus más recientes trabajos, pero todo se andará. Espero que antes de que transcurran otros veinticinco años, pueda leer la saga de “La Torre Oscura”. 

NY bajo el terror del Capitán Trotamundos


Recomiendo desde aquí el artículo en Wikipedia dedicado a “Apocalipsis”.

Aclara la historia de la edición de la novela. Tiene un montón de explicaciones sobre sus personajes, y cosas para recordar, una vez que uno sabe lo que ha pasado. Vale la pena. Antes, no es bueno leerlo, ¡está plagado de spoilers!


TRASH - CAN, ¿el mejor personaje de la novela? El más loco, sí.



Actual edición en bolsillo (2015).